viernes, 19 de julio de 2013

Creepypasta pokemon - la cueva de los feraligatr


Mi hermano Toby y yo ibamos como todos los días a pescar.
Vivíamos con nuestro tío en una cabaña cerca del lago.
Ultimamente pescábamos cada vez menos, no sabíamos porque, y por causa de eso, teníamos que gastarnos más dinero para comprar comida en el pueblo cercano.
Cuando llegamos, un hombre de unos 45 años que le faltaba una pierna se nos acercó.
-Oigan, por casualidad ustedes viven cerca del lago.
-si por que.
-y no han notado que la pesca ha disminuido.
-si, sabe usted por que.
-miren mi pierna, que creeis que me pasó.
-pues no se, si no los dice.
-solo os digo, que tengais cuidado por que zonas del lago os adentrais, pues hay enormes criaturas que deboran carne fresca, sin importar que sean humanos o pokemon, yo escapé de milagro, pero por ser curioso, perdí mi pierna.
-vale si abuelo, okey.
-no quereis creerme, pero yo os aviso.
Mientras comprábamos algunos anzuelos y cebos, oimos que la radio estaba puesta, el dependiente la subió.
-miren, escuchen, es una noticias que lleva dias en la radio.
Por lo visto hablaban de unos feraligatr que se habían escapado de un laboratorio acuático donde estudiaban a los especimenes mas fieros de esta especie.
Estaban buscandolos como locos, pues eran un peligro para todos ya que eran muy salvajes.
De vuelta para casa, mi hermano empezó a hablar de que sería fascinante encontrarnos con alguno por ahí.
A mi me parecía demasiado arriesgado, ademas que con mi furret y su illumise poco ibamos a hacer, serían la presa perfecta.
Por la noche después de cenar, mi hermano Toby me siguió dando la tabarra con lo de ir a buscarlos.
Al final me convenció, pero solo por que pensaba que no nos encontraríamos con ninguno… pero no debí ceder.
A la mañana siguiente bien temprano me levantó, siempre era él el que me despertaba todas las mañanas.
Nos cogimos un bote y nos adentramos en el lago.
Mientras estábamos a ver si pescábamos algo.
De pronto algo gordo picó.
Mi hermano me sujetó fuerte, pues yo solo no podía con eso.
Esa cosa nos alejó mucho de donde nos habíamos parado.
Tirando y tirando al final me caí al agua.
Mi hermano me ayudó a subir.
-hemos perdido una buena pieza.
-si, y tu gorra roja también.
Me llevé la mano a la cabeza, era cierto, mi gorra no estaba.
Fue a ver, la vi un poco mas alejada de nuestro bote.
Nos aproximamos hasta ella y de pronto nos dimos cuenta que al lado había una gran cueva.
-oye, que tal si exploramos Lucas.
-no se Toby, este sitio está muy alejado, no lo conocemos.
-Pues así, exploramos para conocerlo.
-Esta bien.
Fuimos a por las mochilas que nos habíamos dejado en el bote y a por nuestros pokemon, los liberamos para que su illumise nos alumbrara, y para que así furret estirara las patitas.
La cueva estaba llena de estalactitas y estalagmitas.
Conforme nos adentrabamos más profundo, más oscuro estaba todo.
Hasta cierto punto, que no veíamos la luz del final.
De pronto empezamos a oler un olor como a corrompido asqueroso.
illumise y furret se adelantaron un poco para ver de donde procedía ese olor.
Cuando en la siguiente sala encontramos un monton de cuerpos desmembrados putrefactos de humanos y pokemon.
Nosotros nos quedamos como petrificados, y más aún cuando detras nuestro, sentimos un aliento apestoso, lentamente nos giramos, allí un enorme feraligatr se erguía imponente dispuesto a devorarnos. 
Empezamos a correr hacia el lado contrario, pero más feraligatr salieron de allí.
Nuestros pokemon les atacaban, pero eran demasiados.
Mi hermano resbaló, yo intenté ayudarlo a levantarse, pero un feraligatr lo agarró por la pierna.
Por mas que nuestros dos pokemon y yo intentabamos que lo soltase no lo hacía.
Mi hermano gritando entre dolores me dijo que huyese, que no me preocupase por él.
Yo me escondí en un hueco en la pared junto con los dos pokemon, ya que había más alante y no podía esquivarlos.
Después de 2 horas agonizantes, oyendo como mi hermano era devorado con aquellos monstruos, esperé a que se fuesen.
Justo al terminar de comerselo se fueron a lo mas profundo de nuevo y yo junto con mi pokemon y el de mi hermano, salimos haciendo el menor ruido posible.
Después de escapar de allí llamé para decir en que lugar se encontraban esos bichos.
Aun hoy sigo llorando por mi hermano, no se por que le hice caso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario